jueves, 25 de febrero de 2016

EMILIO LENTISCO ANALIZÓ EL ORÍGEN SOCIAL DE LA TAUROMAQUIA DENTRO DEL CICLO ORGANIZADO POR LA ESCUELA TAURINA DE ALMERÍA





Reproducimos aquí el recorte de prensa aparecido en "La Voz de Almería" del pasado  lunes, 22 de febrero, en el que el periodista taurino Jorge Ponce informa sobre la cuarta de las conferencias dictadas dentro del ciclo que organiza cada año la Escuela Taurina de Almería y que han tenido como marco el Museo de la Guitarra en la capital almeriense.
En ella, con el título "Los toros, una fiesta del pueblo", Emilio Lentisco, socio de nuestra Peña y gran aficionado, dio un repaso detallado, claro y conciso del carácter social de la tauromaquia.
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A continuación trascribimos el texto completo del artículo:
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Lentisco se carga de razones para defender el toreo


La cuarta de las conferencias del ciclo que organiza cada año la Escuela Taurina de Almería corrió a cargo del conocido aficionado Emilio Lentisco, que tras el título de ‘los toros, una fiesta del pueblo’, logró un magistral análisis del origen social de la tauromaquia.
Presentado por el director de la Escuela Taurina, el matador Ruiz Manuel, y en presencia de la Concejala de Cultura, Ana Martínez Labella, Lentisco recordó, con amplio material gráfico, la estrecha relación de los toros con todas las civilizaciones que han existido en la ribera del Mediterráneo desde tiempos inmemoriales. Iberos, fenicios o cartagineses estuvieron siempre rindiendo pleitesía al animal más fuerte y fiero, y al que se medían en valor y destreza en las grandes ocasiones.
La transformación de esas fiestas a la tauromaquia reglada que hoy conocemos, apuntaba Lentisco, se produciría en el Siglo XVII, tras épocas de recorte a pie y toreo caballeresco. En esa época el pueblo asumió la fiesta como suya, siendo precisamente en una plaza de toros -normalmente plazas consistoriales reconvertidas en ruedos taurinos- el único lugar donde podrían coincidir Reyes, nobles, comerciantes, y gente humilde, por ello la fiesta taurina fue la más democrática de las fiestas.
Luego el pueblo se identificó con la fiesta hasta el punto de exportar al lenguaje común infinidad de expresiones de origen taurino, y no existía (ni existe) un pueblo o comarca que se mida al toro en sus días mayores, en cualquiera de las modalidades que la tauromaquia atesora.
Esta misma postura han mantenido genios procedentes de todas las artes, Picasso, Bergamín, Valle Inclán, Joaquin Sabina o los premios Nobel Camilo José Cela, Vargas Llosa o Gabriel García Marquez.
La situación actual del toreo la comparó Emilio Lentisco con la de la Ilustración, cuando los nobles y los mandatarios rechazaron una fiesta que se apropió el pueblo.
El naturalista de National Geografic Fernándo López Mironés destaca las dehesas como santuario natural, donde viven especies autoctonas que de otro modo sería impensable mantener en libertad. Si fuera animal, dice Mironés, querría vivir en una dehesa.




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