“Si bien no acostumbro a escribir”- dice el amigo Alfredo Garrido Valencia - “la ocasión se lo merece”.
Y nos manda estos versos que escribió al dictado de sus emociones tras la faena de Manzanares en la Maestranza, y que yo quiero compartirlos con todos vosotros.
No soy yo gran entendido
en este arte complejo,
pero la piel me lo dicta
y voy a ver si lo expreso.
Cuando aparece en el ruedo
la quietud, y hasta el cariño,
el maestro Manzanares,
la muleta con sentido,
acariciando a la fiera
como si durmiera a un niño.
¡Qué despacio, qué despacio!
¡Qué despacio, ay, Dios mío!
Se sobreviene el embrujo,
la verdad, el señorío,
y le gana la batalla,
le va indicando el camino…
dio más de setenta pases
y ni uno fue de aliño.
Arrojado es indultado.
Manzanares gana sitio.
¿Puede alguien explicarme
el temblor que yo he tenido?
Me queda la sensación
de que, sin ser entendido,
la piel a mí me dictó
y así yo lo he sentido.
ALFREDO GARRIDO VALENCIA.
Mándanos tus fotos, poemas o cualquier texto que quieras compartir con los amigos de la Peña Taurina y te lo publicaremos en el blog.
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