El embrujo de la vecina Granada fue el escenario de una jornada que pasará, por pionera y novedosa, a la historia de la Peña Cultural Taurina de Roquetas de Mar. En la mañana del domingo 21 de octubre, una nutrida expedición de 64 aficionados que abarrotaba el autobús partía de Roquetas de Mar para vivir una jornada de las que contribuyen a fraguar la afición y a conocer los entresijos de nuestra arraigada Fiesta. El tercio de varas, eje principal en carteles de antaño, recuperó el protagonismo en una fresca mañana dominical al abrigo de la magia del Albayzín.
Aprovechando el camino que separa Almería de la ciudad nazarí, nuestro Tauro-Chef Elías se encargó de endulzar el trayecto con el ya tradicional anís con limón acompañado de unos dulces selectos.
A la llegada a Granada nos recibió con gran hospitalidad y un cariño especial la familia de D. Manuel Cirri “Manolete”, propietario de una de las dos más importantes cuadras de caballos de picar de Andalucía. Cargados de ilusión pudimos disfrutar y conocer en profundidad los caballos y los elementos e instrumentos principales que toman parte en la trascendental suerte de varas. Los encargados y responsables no enseñaron uno a uno los caballos que forman la cuadra indicándonos los diferentes cruces de razas presentes en las reses, las técnicas de doma, los parámetros de alimentación y los exquisitos cuidados que proporcionan a los caballos.
A continuación pasamos al taller de fabricación y reparación de petos y elementos auxilares que forman parte de la indumentaria de los caballos en la búsqueda de la protección frente al toro en la plaza, donde nos explicaron las artesanales técnicas de confección y las diferentes partes que los componen.
Si importante resulta el peto, no menos lo es la puya. En el local anexo al taller de confección se almacenaban puyas y varas que la familia de D. Manuel Cirri nos enseño invitándonos a cogerlas para verlas con detalle. A continuación, y una vez en el patio de acceso a las caballerizas, se procedió al vestido completo de un caballo tal y como tarde tras tarde lo hace esta familia para salir al primer tercio en innumerables corridas de toros repartidas por toda la geografía nacional.
La colocación del “pecherín”, la disposición de la “bragá”, la forma y utilidad del medio peto y el peto en sí, o el “destronado” del caballo para anular el sentido del oído en el ruedo fueron algunas de las explicaciones del vestidor cargadas de detalles y con un marcado carácter didáctico.
Una vez vestido el caballo, la gran simpatía y la competencia de esta familia permitió que todo aquel que así lo deseó se fotografiara montando al caballo y pudiera disfrutar de la sensación tan especial que supone andar a lomos de este bello animal emulando a los picadores, apreciando así la dificultad que entraña este tercio.
Finalizada la sesión fotográfica, un suculento aperitivo servido por nuestro Tauro Chef cerró la primera visita que realiza una asociación taurina a esta cuadra de caballos de picar, quedando enormemente agradecidos por la atención y entrega dispensada por esta entrañable familia.
A continuación, y antes de acceder al restaurante, unas extraordinarias vistas de la ciudad de Granada desde el Mirador de la Ermita de San Miguel hicieron las delicias de socios y amigos. Un balcón para asomarse a la siempre maravillosa Alhambra y al señero barrio de El Sacromonte, teniendo como blanco e inmaculado telón de fondo las cumbres de Sierra Nevada.
Ya en el restaurante, se disfrutó de un cálido ambiente departiendo acerca de lo que había sido la jornada en sus vertientes taurina y turística, mientras se daba buena cuenta de un almuerzo en el que las ascuas de la brasa de la familia Padilla pusieron sobre la mesa los encantos de aquél del que se aprovechan hasta los “andares”. Vino de la tierra y un delicioso pan de Alfacar fueron los testigos de excepción de tan entrañable momento.
Finalizada la estancia en tierras granadinas y habiéndonos despedido muy cordialmente de la familia de D. Manuel Cirri, cuya inestimable compañía pudimos disfrutar en todo momento, se puso rumbo a Roquetas de Mar, no sin antes disfrutar de una copa servida por Elías que amenizó el camino de regreso a casa y una tertulia improvisada, micrófono en mano, con diversas opiniones e impresiones de los asistentes.
Jornada para el recuerdo, un día para alimentar la afición y estrechar los ya fuertes lazos de unión entre socios y amigos, un sensacional día de domingo que quedará en la retina de cuantos tuvimos la suerte de saborear y apreciar el aroma taurino que se respira en estas excursiones. Un día en el que la Peña Cultural Taurina de Roquetas de Mar puso, orgullosa de la intensa colaboración y participación de sus socios, la primera firma en el libro de visitas de la Cuadra de D. Manuel Cirri, “Casi ná”.